martes, 21 de junio de 2016

Micromecenazgo por el desarrollo rural

Recientemente, el popular dibujante y arquitecto Peridis se ha manifestado a favor de que el micromecenazgo sirva para restaurar el patrimonio, con lo que se crearía empleo en el medio rural. Por eso hace falta una nueva legislación de mecenazgo que contemple verdaderas exenciones fiscales para la conservación del patrimonio.


A la espera de una ley que haga más fácil el micromecenazgo, ya se pueden hacer cosas interesantes: desde ayuda humanitaria a restauración de un monumento, pasando por dotar de servicios de telecomunicaciones mejores a una localidad o por la creación de una pequeña empresa o cooperativa.


¿Qué es el micromecenazgo?


El micromecenazgo es la cooperación, atención y confianza colectiva de individuos que trabajan juntos e invierten dinero en otros recursos conjuntamente, habitualmente vía internet, para dar apoyo a los esfuerzos que han comenzado otras personas u organizaciones.


El micromecenazgo se basa en "donaciones", que realmente son inversiones, ya que detrás suele existir una "compensación" económica, en caso de que se puedan generar beneficios o participaciones de la empresa, o, la más habitual, simbólica, que consigue los mecenas para la compensación propuesta.


Un ejemplo de este retorno no monetario lo ofrecen artistas que dan la opción de poner el nombre de los micromecenas a las obras o a los agradecimientos de un disco, película o exposición, regalan entradas u ofrecen privilegios como asistir a la grabación de una canción o una sesión de rodaje a cambio de una aportación elevada. Los proyectos que recurren a lo emocional acostumbran a tener mayor éxito.


El emprendedor que quiera usar la financiación en masa frecuentemente usa las comunidades virtuales para solicitar donaciones de pequeñas cantidades de dinero.


La solicitud también puede consistir en un préstamo, microfinanciación, o en algún tipo de inversión en capital social.


¿Qué condiciones se requieren?


Lo más frecuente es que los proyectos sean aceptados por los administradores de las compañías de micromecenazgo que solicitan creadores responsables, con proyectos de calidad y dispuesto a sacarlos adelante. Si el proyecto recibe la aprobación, se publica, se publicita y se esperan los resultados. El emprendedor se compromete a sacar adelante el proyecto específico y a no usar las cantidades recaudadas para otros objetivos.


Si se logra la cantidad demandada en el tiempo previsto, el proyecto saldrá adelante. En caso contrario, el emprendedor no se quedará con la parte de dinero que ya hayan aportado, sino éste se devolverá a los mecenas. Si se supera la cantidad demandada, ésta se entregará al autor del proyecto íntegramente una vez descontadas las comisiones de la empresa de micromecenazgo y los impuestos.


Un proyecto de micromecenazgo es también una buena manera de sondear el interés de la propuesta por parte del público al que irá destinado el producto o el servicio.


Marco legal


La ley española de mecenazgo (Ley 30/1994), modificada por Ley 49/ 2002, no está concebida para impulsar la financiación de masas. No hay ventajas fiscales para los donantes, ya que no se prevé el micromecenazgo, que se considera una acción de compraventa, el artista o emprendedor que recibe el apoyo debe pagar el 21% de  IVA. El Europarlamento no ha legislado a favor de esta financiación que se mueve con el soporte de mucha gente sin afán lucrativo.

La mayoría de las plataformas de financiación disponen de un  mecanismo de seguridad que hace que si el objetivo económico del proyecto no se consigue en el plazo requerido las donaciones se devuelven a los donantes. Otras plataformas que usan un sistema en el que el público apoya directamente la labor de los demás haciendo donaciones a través de internet.

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