miércoles, 22 de noviembre de 2017

Mantener la población rural, imprescindible para conservar varias especies de aves

Mantener la fauna está relacionado con mantener la presencia humana estable en zonas rurales. 

En varias comarcas de Castilla y León, la reducción de la población en los pueblos y el cambio en los modos de vida han ocasionado la lenta desaparición de ciertas especies. La ONG ambiental SEO/BirdLife ha alertado sobre el impacto que la despoblación rural tiene sobre la biodiversidad, en concreto sobre el gorrión o pardal.

Esta organización ha explicado que, con frecuencia, cuando el ser humano abandona un espacio, estas aves siguen su camino aunque ha añadido que hay otros factores que están contribuyendo a su declive. Entre ellos, la intensificación agraria, que también puede derivar en menos gente en campo; y el uso de pesticidas. En la ciudad, se suman cuestiones como la escasez de alimento, la contaminación atmosférica o la ausencia de lugares de nidificación.

Así, la ONG ha alertado de la situación que sufre tanto el gorrión común como el molinero, una especie de menor tamaño y aspecto delicado. Ambas guardan una estrecha relación con la actividad humana, hasta el punto de que anidan en edificios y otras construcciones. Es en este punto donde afecta a varias comarcas de la comunidad.

Los cambios en los modos de vida y el abandono de los cultivos del cereal han llevado a una progresiva disminución de esta especie en las últimas décadas, ya que en su variada dieta uno de sus alimentos preferidos son los granos. Según Birdlife, se trata de «un comensal directo del hombre y, por tanto, depende estrechamente de nuestras actividades para sobrevivir; de manera que cuando un pueblo es abandonado por sus habitantes humanos, los gorriones comunes no tardan en desaparecer tras sus involuntarios benefactores».

Según los datos del programa de seguimiento de aves comunes en primavera de SEO/BirdLife, el gorrión común ha experimentado un declive global de su población por encima del 15% desde 1998; mientras que el gorrión molinero presenta una caída del 6%. Sin embargo, en otras dos especies de gorriones -chillón y moruno-, las poblaciones han aumentado desde 1998 gracias a su expansión por diferentes zonas de la península. En ambos casos, su dependencia de la actividad humana es menor.

La última de las cinco especies de gorriones que habitan la península ibérica es el gorrión alpino, propio de cumbres montañosas donde existen neveros. Sin embargo, el mayor riesgo para este último gorrión es otro. De todos, es el que más afectado por el progresivo calentamiento del planeta debido al cambio climático.

Cigüeñas
 

Otra especie difícil que cada vez es más difícil de ver en varias comarcas de la región es la cigüeña. Sin embargo, los más mayores recuerdan sus frecuentes visitas para alimentarse en las charcas o las que surgían esporádicamente tras épocas de lluvias, tras la crecida de los ríos o en zonas de regadío que ya no se riegan.

SEO/Birdlife recuerda que la cigüeña es una especie relativamente oportunista, con una alimentación basada en saltamontes, escarabajos y lombrices, aunque en su dieta se incluyen también roedores, culebras, lagartijas, ranas, peces y hasta pollos de otras aves, además de una cierta cantidad de basura.

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