lunes, 18 de julio de 2016

Escribir, bueno para la salud

Escribir no lo cura todo, claro está. Únicamente es un complemento para el cuidado de la salud. 

Es que, además de ser una afición fantástica, es muy beneficiosa para nuestra salud.


Respecto de la salud mental, la escritura disminuye la ansiedad y el estrés. Ayuda a mejorar las depresiones leves (algunos médicos británicos han comenzado a recetar la lectura de novela y poesía a los pacientes con ansiedad y depresión).

Por lo que respecta a la salud física, se ha observado que el sistema inmunológico fabrica más linfocitos, cosa que nos hace más resistentes a las infecciones. Por otro lado, las personas con tendencia a una presión arterial alta tienden a disminuirla ligeramente con la práctica de la escritura.

En pacientes con enfermedades que presentan dolor crónico, la escritura disminuye la intensidad del dolor. 

A nivel psicológico, aumenta la autoestima, se adquiere más confianza en uno mismo, más seguridad, porque mejora el autoconocimiento: una forma de autodescubrirnos que nos conecta con el “yo” interior más auténtico. Gracias a este autoconocimiento es posible conseguir el autocontrol sobre las emociones perturbadoras, la única forma de mejorar nuestro bienestar emocional.

Además, la escritura como terapia no precisa ningún tipo de formación específica previa.

Si te pica la curiosidad y no sabes cómo comenzar, puedes escribir un diario: verás como cada vez las palabras fluyen con mayor rapidez y acabas expresando en el papel todo aquello que ni sabías que llevabas dentro. Lo importante es ser sincero con uno mismo y disfrutar..

¿A qué esperas para coger el bolígrafo? ¡Escribir es salud!

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